La postura que exigen estas sillas (hiperlordosis lumbar y aumento de la curvatura dorsal y cervical) al mantenerse durante mucho tiempo, conlleva un agotamiento de los músculos que intervienen en mantenerla, principalmente músculos de la cintura escapular, sobre todo el trapecio y miembros superiores. Como consecuencia estos músculos pierden su capacidad de relajación, se agotan todavía más
y originan así un círculo vicioso difícil de cortar en ocasiones.
Aún peores son las sillas monobrazo ya que en este tipo de
mobiliario el desequilibrio y la descompensación que provoca en la musculatura de la espalda es evidente.
mobiliario el desequilibrio y la descompensación que provoca en la musculatura de la espalda es evidente.
La posición "de sofá" con apoyo isquiosacro, caído hacia delante, provoca una actividad muscular menor en comparación a si se estuviera sentado correctamente; es por ello por lo que uno se encuentra realmente cómodo sin ser consciente de la mala postura que está adoptando.
Los discos intervertebrales lumbares están en ésta situación soportando una alta presión y por tanto con alto riesgo de padecer, en poco tiempo, posibles alteraciones . Hay que sumar que se trata de una posición de reposo que puede suscitar sueño, falta de atención y respiración dificultosa por la acentuada flexión del cuello.
En consecuencuia los alumnos han de tener en cuenta las siguientes premisas:
· Nuestra posición de sentados ha de ser lo más correcta posible, aprovechando todo el asiento y con la espalda bien asentada sobre el respaldo.
· La altura del asiento de la silla ha de ser la justa para que los pies descansen cómodamente en el suelo, sin llegar a presionar los músculos de la zona dorsal del muslo de forma que quede al menos 1 cm para el espacio del hueco poplíteo (hueco posterior de la rodilla), ya que sin este espacio; la presión que reciben los vasos sanguíneos que riegan las piernas va a provocar una deficiente vascularización y por ello la aparición de hormigueo y sensación de adormecimiento. De igual forma que no es conveniente que los pies nos queden colgando, tampoco es adecuado un asiento bajo que nos provoque una total pérdida de la lordosis lumbar. Si no se puede modificar la altura de la silla, al menos se ha de evitar adoptar la posición "de sofá" con las piernas estiradas sobre la misma.
· Debe permitirse que el alumno pueda mover libremente las piernas debajo y delante de la silla, aunque los pies, la mayor parte del tiempo deben apoyarse firmemente en el suelo.
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