17 de enero de 2013, 21,15 horas, entramos en Caldea veintisiete alumnos y dos profesoras. Precio de la entrada por ser grupo y tarifa nocturna : 21€ persona.
Tras un rato de espera, nos reciben junto a otro grupo, también numeroso, de escolares.
Alguien grito, -chicas a la derecha, chicos a la izquierda- ( sin buenas noches, sin por favores ni buenas formas...Y yo pensé, menos mal que venimos a relajarnos...bien empezamos.)
Ni si quiera, si hubiésemos sido delincuentes, hubiésemos merecido el trato recibido. Nadie nos explicó el funcionamiento de las instalaciones, ni la distribución y la variedad de las mismas. Ninguna recomendación de uso , (salvo lavarse los pies)... Solo reprimendas ante las actuaciones salvajes y faltas de respeto, que nuestros alumnos, estaba supuesto, iban a realizar...Y añadiendo, su sanción correspondiente.
Para más inri, la charla fue por duplicado. Lo mismo y en parecido tono, dos veces seguidas...¿con qué sentido?
Somos docentes, Profesoras de Secundaria del IES Cañada Real de Galapagar de Madrid. Si hay algo que intentamos a diario con nuestros chicos, es cultivar simultáneamente su moral y su inteligencia intentando abastecer sus mentes con información que les pueda ser útil. Y les aseguro que esto es imposible si no les demostramos actitudes de simpatía, de aprobación, de apoyo estimación y respeto, ¡sobre todo respeto!.
E información útil es lo que se espera sea dada a la entrada de unas instalaciones a la que acuden por vez primera.
Desconozco el aforo, pero Caldea esa noche, estaba como el metro de Madrid en hora punta. Imposible relajarse.
Me queda decir, que los chicos siempre buscan el lado positivo y disfrutaron a pesar de todo...Son mucho mejores, sin duda , de lo que algunos piensan.
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